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 » Capítulo 9 - El Alto Precio del Deseo
Ming Zhen Shakya
El Séptimo Mundo del Budismo Chan
por Ming Zhen Shakya

Traducido al Español por Shi Chuan Fa
Edición en Español revisada por la < Rev. Yin Zhi Shakya, OHY


Capítulo 9 - El Alto Precio del Deseo

No debe ser una sorpresa para nadie el hecho de que nuestros "hombres de confianza" del mundo se aprovechen de nuestra falta de madurez. Nos convertimos en blancos fáciles o pichones desplumados en nuestra impaciencia por involucrarnos en relaciones sociales, por pertenecer, conectarnos, vincularnos, ser amantes o amigos.

Podríamos ilustrar el peligro inherente a esta inmadurez con una mirada al antiguo juego de los dados - él de arrojar los dados.

Primero algunas explicaciones: se observa que cada lado del dado (el dado tiene la forma de cubo) tiene puntos que se pueden visualizar; y observamos que los lados opuestos al sumarlos totalizan siete. En otras palabras, seis es opuesto a uno, cinco es opuesto a dos y cuatro es opuesto a tres. Esto es todo lo que se puede asegurar con certeza.

En el juego de dados, un jugador, usando un par de dados, apuesta que puede sacar un 7 o un 11 en su primera tirada. La gente puede apostar por él o contra él. Si tiene éxito, gana. Si saca 2, 3 o 12 pierde. Y si saca 4, 5, 6, 8, 9, o 10, este número se convierte en "sus puntos" y tira el dado tantas veces como necesite, bien para obtener la misma puntuación de nuevo, en cuyo caso gana, o hasta sacar el siete, en cuyo caso pierde.

En Nevada, por ejemplo, apostar es legal y está bien controlado. En ocasiones impredecibles, la mano de un agente de control de juego se extiende fuera de la multitud en la mesa de juego para recoger los dados antes de que el tallador pueda recuperarlos. Relampagueará una insignia, los dados serán introducidos en un sobre oficial que será inmediatamente sellado y firmado, y luego se los llevarán para examinarlos. Si son apenas menos que perfectos, el casino estará sujeto a una investigación ruinosa y a una muy posible pérdida de la licencia.

Una licencia vale tanto que los casinos llegan a extremos para asegurar la integridad de sus dados. No quieren que "dados tramposos" sean introducidos en ningún juego, no solo porque pueden perder a un jugador (una pérdida minúscula en comparación) sino porque el agente de control de juego podría aparecer para confiscar los dados y habría un infierno por pagar. Entonces, para prevenir que los dados falsificados sean introducidos en el juego, cada casino tiene su insignia estampada en cada dado que usa.

Naturalmente, como esto está extremadamente valorado, la matriz que le imprime la insignia a los dados es almacenada en la bóveda de seguridad del fabricante de dados, y, por supuesto, debe ser correctamente usada solo en los dados que son "honrados" o "correctos". Pero solo porque los fabricantes de dados sepan el "cómo hacer" buenos dados no significa que no sepan hacerlos "malos". ¡Ah! Ellos sí hacen montones de esos dados tramposos. Algunos de esos dados incluso tienen estampados insignias impresionantes (pero no los que están registrados en Nevada). Dados así salen del estado hacia todo el mundo.

Los dados "tramposos" o "fulleros" vienen en cuatro variedades: mecedores, inclinados o rueda falsa, contorneados y cargados.

Los mecedores tienen un lado convexo. Es mucho más fácil darse vuelta en una silla mecedora que en una silla con sus cuatro patas transversales al suelo. Digamos que dependiendo de los grados de curvatura, fricción, en fin, es cinco veces más fácil dar vuelta a un objeto curvo que a uno plano. Consideren un cubo de superficie plana (el dado) dando vueltas en el tapete de la mesa de juego. Si cinco unidades de fuerza son requeridas para dar vueltas en el plano con un eje recto, el dado parará de dar tumbos siempre y cuando posea menos de esas cinco unidades fuerza requeridas. Pero si uno de los lados de ese dado está curvado de manera que una sola unidad de fuerza sea necesaria para tumbarlo, el dado, justamente cuando llegue al final de su tumbo, continuará entonces durante una unidad más para girar sobre sí y mostrar la cara pretendida.

Los "inclinados" o "falsa rueda" tienen un eje recortado en un ángulo de cuarenta y cinco grados. De esa manera rodará con mucho menos energía de la que se requiere para girar a noventa grados.

Los "contorneados" no son perfectamente cuadrados. Son rectangulares, más largos en una dimensión de lo que lo son en las otras dos. Si un perfecto cubo gira sobre una carpeta, cada cara tendrá tanta oportunidad de salir como las otras. Pero un "cubo rectangular" solo se tumbará a lo largo de su dimensión mayor, virtualmente ignorando los ejes de sus dimensiones más pequeñas. Si arrojamos a un hombre desde lo alto de una colina al vacío, no rodará "pies-cabeza" "pies-cabeza", sino que rodará "barriga-espalda" "barriga-espalda".

Los cargados son los más famosos y comunes dados tramposos. Los dados profesionales tienen sus caras superficialmente caladas. Entonces, pintura de igual densidad al plástico es insertada en los espacios vacantes para señalizar los puntos. Los "cargados" son creados con los puntos de una cara (usualmente la de los seis puntos) cargados con pintura más pesada. La ley de gravedad prevalecerá y así como una tostada con mantequilla dejada caer al piso, cae con el lado de la mantequilla hacia abajo, el lado pesado de los seis puntos irá a descansar al paño de la mesa de juego. Es mucho más fácil sacar "Snake eyes", un tiro perdedor, con un par de dados con sus seis puntos cargados. El tres, también perdedor, puede sacarse fácilmente con dados cargados en el seis y el cinco.

Los cubiletes facilitan la introducción de dados cargados en el juego. Basta que los talladores apenas toquen los dados para que realicen repentinamente la substitución. Cuando, entre jugadas, él recupera los dados y los introduce en el cubilete. Los cubiletes están prohibidos en Nevada, y en cualquier otra parte en que el juego esté debidamente controlado.

Para entender qué tiene todo esto que ver con la proyección arquetípica, debemos primero preguntarnos ¿quién compra los dados tramposos? La triste respuesta es que estos dados tramposos son manejados por gente en la que confiamos "instintivamente". Recordando que el arquetipo del "Buen Amigo" (o la Sombra Amiga) sirve a nuestro requerimiento para confiar - como en el sistema del compañerismo - nosotros podemos ver fácilmente que es precisamente nuestra inclinación para confiar en ciertas personas la que crea el "mercado". Capítulos individuales de una enorme variedad de organizaciones de hombres (a la vez con y sin nombres de animales, e incluyendo organizaciones de veteranos) compran dados fraudulentos para eventos de recaudación de fondos. La "necesidad" no necesita ser tan aparente y falsamente altruista. Los dados trucados son transportados para "amos" sargentos de todo el mundo y para oficiales de baja graduación en cada barco de cada flota. Los hombres de las clases más altas de la fraternidad realizan el pago de sus nuevos coches con estudiantes universitarios que toman parte ansiosamente en cruceros que, en aguas internacionales, están en libertad para estafar a sus pasajeros "amantes de la diversión"; pero en realidad, sus mayores "clientes" los obtienen los que a la vez resultan extranjeros y anfitriones. Clubes de amistad y confraternidad: Irlandesa-americana, chino-americana, germano-americana, o substituya por americana cualquiera que sea el país en el que usted resida. Si tienen un "cuarto trasero" al juego de dados, es mejor que apueste usted a que los dados serán malos.

Fritz Doemann, un comerciante de Berlín, llega a alguna ciudad de los Estados Unidos de América para realizar negocios. El no es un hombre que haya concluido su periodo de maduración. El nunca ha integrado su arquetipo del Buen Amigo.

Aunque está cansado, Fritz no desea descansar en su hotel. Desea salir y estar con la gente. Ha llegado al club de confraternidad germano-americana. Fritz no puede resistir la llamada. Entra inmediatamente al club y enseguida es saludado por un tipo jovial que habla en su lengua, lo recibe dándole la bienvenida con desvergonzada calidez. Fritz se regocija.

Generosamente su anfitrión lo acompaña a la barra y le paga la primera ronda de genuina cerveza alemana. Despreocupadamente, en confianza, sintiéndose en el pegoteo del compañerismo, su anfitrión se aventura a opinar: "Cerveza americana. ¡Ugh!" "Ja, ja, ja - jo, jo, jo." Fritz concurre agregando: "El agua con la cual mi mujer lava los platos sabe mejor." "Ja, ja, ja - jo, jo, jo" confirma su anfitrión declinando presionar por detalles para saber en qué ocasiones había probado Fritz beber el agua de los platos lavados. Por supuesto que Fritz puede no haber probado jamás la cerveza americana, sin embargo, no estará capacitado para eludir el criticarla. Necesita conectar con un amigo, y nadie conoce esto mejor que su anfitrión.

Durante quince minutos más o menos habrá charla sobre temas alemanes. Después su anfitrión, emocionado por la gracia de su corazón, guiñará un ojo y llevará su dedo índice a los labios en señal de conspiración entre verdaderos amigos. Le dirá que él puede hacerle el gran favor de conseguir que sea admitido en la acción de alguna sala trasera de juego. Fritz se sentirá como la oveja más feliz, ¡mientras va hacia su propio banquete navideño!

Especialmente en el periodo crítico de la adolescencia, un arquetipo de héroe - no proyectado - tiende insidiosamente a reducir el respeto y la confianza por uno mismo. Sin motivación y agitada persona joven encuentra su vida falta de propósito y sentido. Ella irá a la deriva hasta asirse desesperadamente de aquellos amigos que también carecen de la inspiración necesaria para lograr el más pequeño éxito. De todos modos, una vez que este muchacho encuentre un modelo inspirador sobre el que proyectar a su héroe, puede que llegue a convertirse en un hombre de empuje. Retado por su héroe, entra en un concurso cualquiera, y con determinada concentración se dispone a practicar los acordes de la guitarra o desarrolla programas de computación, o se levanta a la madrugada para correr diez millas, o anuncia a sus padres que sus temores sobre la posibilidad de su entrada en el mundo del crimen no han estado vanamente infundados: ha decidido convertirse en abogado.

Por supuesto, si su espíritu está preparado, pero su cuerpo es inepto, no tiene ayuda financiera, o es demasiado susceptible a los frutos de los malos hábitos pasados, hasta podrá dejar morir su heroico sueño con una muerte innoble. Si el destino no es demasiado rudo, silenciosamente se replegará en el refugio de los espectadores y se convertirá en uno de esos panzudos maestros en el fino arte de la participación vicaria, un "uno que se sienta todo el día en el sofá de la sala", un televidente empedernido.

Pero incluso si acepta el desafío, y persevera en su sueño y se convierte en un competente "consiglieri" o conserje, no necesariamente tiene por qué haber integrado sus niveles previos de proyección heroica. Espiritualmente puede aún creer en cuentos de hadas. Puede creer que no importa cuánto se equivoque, que una simple disculpa arreglará las cosas y que siempre podrá contar con la buena fe y los recursos de sus mágicos padrinos para solventar los problemas. Estará probablemente equivocado.

Cada nivel de proyección del héroe es más que una plataforma para el próximo nivel. En verdad el Trickster es el soporte del Superhombre, y este último es la plataforma de lanzamiento para el héroe Humano, quién a su vez, es la base sobre la cual se sustenta el Salvador. Pero cada base debe ser destruida, inmolada en cada proceso de lanzamiento.

No es suficiente el dejar de creer en la realidad de Bugs Bunny. También debemos comprender que la ética del Trickster no tendrá más función en nuestro mundo que sus métodos. No podemos robar las cosechas de los campesinos, ni podemos evitar la justicia por ser astutos o por empujar al campesino por un acantilado.

No es suficiente con cesar de creer en la realidad del Superhombre. No podemos continuar transfiriéndole el control de nuestras vidas a cruzados con capa. No podemos depender de espíritus errantes, o de las estrellas para explicar y dirigir nuestros destinos. Estrellas y espíritus no pueden hacer por nosotros lo que estamos obligados a hacer por nosotros mismos.

Y con más seguridad no podremos alcanzar al Bodhisattva/Salvador si idolatramos a otro ser humano.

Podemos medir fácilmente el estado de madurez espiritual de una persona observando el nivel al que ha proyectado su arquetipo del héroe.

La siguiente experiencia debería servir para ilustrarlo:

Yo estuve una vez asociada con un grupo Zen, que habiendo crecido tanto que el cuarto de reuniones quedaba chico, alquiló un cuarto con mayores comodidades a un grupo religioso "new age" no afiliado que justamente acababa de arrendar uno. Otros pequeños grupos también se convirtieron en inquilinos, así que el cuarto estaba ocupado cada noche de la semana. El nuevo cuarto de reuniones estaba decorado de manera confortable y conveniente para la seria lectura, discusión y meditación.

Al principio, los diferentes grupos que alquilaban el salón parecían estar bien preparados para la coexistencia. Ninguno abandonó ni un ápice sus actividades. Pero rápidamente las descubiertas paredes del salón comenzaron a llenarse de afiches con graciosos animales con frases igualmente graciosas. Un gatito con sus garras delanteras juntas en el gesto de un orador anunciaba: "No soy perr-fecto; pero Dios me ama". Un corderito que parecía avergonzado aparecía pintado sobre una frase que decía: "Aún cuando eres maaaaalo, eres el cordero más precioso de Dios". Unicornios de cerámica, rellenos con cera, puestos sobre las mesas; y entonces, una noche se había "materializado" una gran pirámide azul. Colgaba del artefacto de la luz, en el centro del cuarto desde cuyo lugar repartía, a través de sus ápices, la energía esparcida por las galaxias vecinas, o al menos eso se nos dijo. La semana siguiente a lo largo de los cuatro rincones de la sala, cristales de cuarzo "colectores de rayos" que apuntaban al centro del cuarto deliberadamente, trazando las trayectorias de sus "cargas útiles cósmicas" para chocar con los chaparrones verticales de la pirámide. A pesar del peligro que significaba, las sillas fueron puestas en una posición cercana como para sostener una especie de "varita mágica", presumiblemente para dar golpecitos a la corriente celestial y dirigirla adondequiera que fuese necesaria.

Como si todo esto no fuese suficiente como para abrirle la "sesera" al más escéptico y dejarle la espina dorsal en armónico movimiento con el del firmamento, también aparecieron placas y otras representaciones de las constelaciones zodíacas, un pequeño busto de Cleopatra, un obelisco, alguna grave invitación para presenciar el canal espiritual por el cual transmitía su voz un filósofo muerto y varios angelitos blancos que, fuimos informados, podían tanto escribir libros sagrados y cartas como expresarse en los posos del café y algunas otras creencias.

Cuando docenas de corazones de color rojo brillante fueron gravados en paredes, puertas y espejos ("para recordarle a la gente el amar"), los budistas zen protestaron y fueron invitados a retirarse.

Para ser justa, los de la "Nueva Era" son sinceros en sus creencias que, después de todo, son predicadas a través de explicaciones seductivas y semi-plausibles. Les dicen que las pirámides son los más estables de los cuerpos geométricos, y ¿quién podría discutir eso? Les son ofrecidos testimonios de personas con credenciales científicas, personas que habiéndose parado dentro de una pirámide egipcia han sido capaces de describir convincentemente las increíbles y fuertes vibraciones y otros efectos de la radiación interestelar. Ellos escucharon acerca de Marconi, las ondas de radio y la receptividad de los cristales. Parece tener sentido. Pero algo los previene de lo subjetivo de sus creencias en cualquier tipo de escrutinio. Nos preguntamos cómo pueden estar tan interesados en el Egipto histórico sin dedicarle a la historia egipcia ni un pensamiento. ¿Cómo es que ellos no saben, como cualquier escolar mediocre sabe, que después de que los sirios invadieron Egipto en el siglo 7 a. C., vinieron los persas en el 6 a. C., los griegos macedónicos de Alejandro en el 4 a. C., (¿olvidaron acaso que Cleopatra era una descendiente macedónica?), los Romanos en el tiempo de Cristo, (¿no pensaron en Marco Antonio, en Julio Cesar?), las invasiones árabes en el siglo 7 d. C., los franceses, los turcos y finalmente los ingleses (¿tampoco vieron Lawrence de Arabia?)? No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial con el presidente Nasser que Egipto fue verdaderamente regido por un egipcio. Pero, ¿cómo pudo ocurrir que Egipto, el absoluto centro del poder de las pirámides, haya sido dragado a través de dos milenios y medio por potencias extranjeras, antes de encontrar la fuerza necesaria para poder sostenerse sobre sus propios pies políticos?

En cuanto al poder de los cristales, ellos sabían que los cristales venían de Sudamérica. ¿Cómo es entonces que permanecieron incapaces de saber que eran extraídos de las entrañas de la tierra por uno de los grupos de trabajadores más explotados de la historia como son los mineros? Hombres que murieron pobres, jóvenes y con los pulmones llenos de polvo. Si les hubiera sido posible canalizar la beneficiosa energía cósmica a través de los cristales, seguramente los hombres que los extrajeron de las minas hubiesen vivido más allá de los cuarenta años de edad y hubiesen poseído las camas en las que fallecieron.

Este grupo de gente de la "Nueva Era" estaba compuesto por gente decente, gente inteligente cuyo desarrollo espiritual había quedado atrapado en un nivel de revista de comics, un lugar entre las fases del Trickster y del Superhombre. Los animales les enseñaron a ellos su ética, y la lección era siempre la misma: "Está bien fallar, si eres sincero en tu deseo por mejorar serás perdonado." (¡Coyote!) . Ese era su aprendizaje más elemental. Su meta superior era, en cambio, alcanzar el nivel de Héroe/Superhombre, basados en su confianza en los espíritus, magia, astrología y otras pseudo-ciencias para alcanzar sus metas superiores.

Atrapada entre las fases del Trickster y del Superhombre, la conciencia de una persona no puede expandirse lo suficiente como para alcanzar la verdadera magnitud posible de desarrollo. La persona no sabe que no sabe. Se dice: "¡ajá!", y como un escolar con su mochila, piensa que lo entiende todo. Una mera coincidencia es fácilmente elevada a una revelación divina. Él está energizado por la fuerza de su "descubrimiento". Su razón se consume en un destello intuitivo. (Este es uno de los efectos peculiares de una experiencia meditativa genuina.) Lamentablemente, las cenizas de esta combustión son a menudo fertilizantes emocionales para nutrir fanatismos... la vanidosa convicción, la necesidad del proselitismo o vehemencia.

Como todos los creyentes tienen, este grupo de la "Nueva Era" tiene su noche oscura del alma. Terribles días llegaron cuando el horrendo efecto de la alineación planetaria interfirió con el devenir cósmico. Cataclismos fueron previstos para la Madre Tierra. Pero afortunadamente, ellos rezaron alrededor del reloj y la tierra fue salvada.

¿Podemos las almas sofisticadas reposar tranquilamente en el conocimiento sobre las refriegas de la superstición? Y nosotros, ¿hemos sido efectivamente inoculados contra el mumbo-jumbo [sandeces] del vudú y otras infecciones paranormales? Permitámonos considerar el antiguo cuento del cajero de banco afortunado.

Un día el señor Samuel P. Doe recibe una extraña carta anónima y personal:

"Querido Sammy:

Usted no me conoce, pero yo le conozco bien. Antes jamás había tenido nada para darle, así que hasta ahora había permanecido fuera de escena, observando. Pero recientemente algo maravilloso me ha pasado.

Sammy, he sido otorgado el regalo de la profecía. Recibo vislumbres del porvenir. Este es un regalo religioso, así que no puedo usarlo para beneficiarme a mí mismo. Pero sí puedo usarlo para beneficiarlo a usted. Lo único que pido es que no cuente a nadie sobre esta carta.

El próximo sábado por la noche habrá una pelea por el campeonato en la cual se puede apostar entre Smith y Jones. Sammy, he visto el futuro. Smith ganará. Apueste todo lo que pueda a Smith y podrá conseguir para usted mucho dinero. Esto me haría a mí muy feliz. (Firmado) Uno que lo cuida."

El Sr. Doe se dice a sí mismo que no debe creer en algo semejante. Pero, ¿quién es esa persona que ha estado "fuera de escena" observando? ¿Por qué ha mandado una carta semejante? No solicitaba nada, el escritor no pedía nada para sí... ¿Por qué era tan paternal? ¡Qué malogro!

El Sr. Doe resiste el impulso de arrojar la carta a la basura. El día siguiente o unos días más tarde apuesta por Smith. Apenas si puede contenerse cuando el sábado a la noche observa que el victorioso Smith se ha hecho con el cinturón de campeón y da vueltas sobre el ring. El dinero que el Sr. Doe acaba de hacer es en ese momento relativamente secundario. Se siente "tocado" por un benefactor que tiene un trato preferencial con Dios.

Pronto, en la siguiente semana, recibe otra carta del mismo benefactor. En esta nueva carta se le informa que el gran juego de fútbol del domingo entre los Weasels(comadrejas) y los Leopards(leopardos) será ganado por el equipo que tiene pintas. "Apuesta fuerte" se le dice. ¿Puede el Sr. Doe dejar de babearse cuando los Leopards ganan retornándole a él ocho dólares por cada tres que apostó? Le tomaría meses ganar la suma equivalente con su salario. Más aún, este es su dinero personal. No debe compartirlo con nadie, y ¡está libre de impuestos! Éste regalo es el Cuerno de la Abundancia.

Y la semana siguiente verá la recepción de todavía otra nueva carta de la fortuna. ¡Apuesta por los Carbuncles en contra de los Diamondbacks en el concurso del domingo! Mr. Doe está delirante. Secretamente se retira con las ganancias de su vida. Se ve a sí mismo navegando, sin el beneficio de la duda, a Bora Bora, o mejor a Singapur... ¡No, Mónaco!

Los Carbuncles hacen lo que él esperaba y mientras cuenta su dinero, renueva el pasaporte y se hace vacunar. Unas pocas apuestas más y podría vivir como la realeza. Después de todo... ¿no había sido él singularizado por Dios?

Pero cómo tiembla una semana más tarde cuando, en lugar de recibir otro ganador seguro, recibe la siguiente misiva:

"Querido Sammy:

Acabo de recibir hace instantes malas noticias de mi doctor. Me dice que necesito una operación urgente de colon, que si no me opero, moriré en unos meses. Como sabe, Dios es mi vida, y porque lo sirvo he tomado votos de pobreza. Así que no tengo los veinte mil dólares necesarios que la operación y la recuperación costarán. Deseo seguir viviendo, solamente para estar en condiciones de continuar ayudando a gente como usted. Solo si tiene sobrante ese dinero, y lo desea, aceptaré que corra con los gastos de mi operación. Si es que desea ayudarme, por favor, mándeme un cheque de caja ensobrado a mi casilla de correos, pero si no puede ayudarme, ¡no se preocupe! Moriré feliz sabiendo que de alguna pequeña manera, finalmente he conseguido ayudarlo. (Firmado: Uno que siempre lo ha cuidado.)"

¿Quién fallaría en proveer ese cheque? ¿Quién dudaría en socorrer a su benefactor con poderes sobrenaturales? ¿No estaba acaso la evidencia depositada en una segura caja fuerte de banco? El Sr. Doe, apenas si puede demorar un instante en acudir en ayuda de su gallina de los huevos de oro.

Como puede saber que su benefactor no es otro que un hábil estafador, que llegó a la ciudad y avalándose a sí mismo a tenido acceso a las listas de personas VIP de la cámara de comercio, las listas de miembros profesionales de varios grupos, las páginas de la sociedad, la guía telefónica, etc. Ha desarrollado una lista de cinco mil entradas. Entonces le dijo a dos mil quinientos que Jones ganaría el título de boxeo y a los otros dos mil quinientos les dijo que Smith sería el vencedor. Cuando Smith ganó, sencillamente descartó a la primera mitad. Entonces les dijo a mil doscientos cincuenta que los Leopards ganarían el juego de fútbol, mientras que a los restantes mil doscientos cincuenta se les dijo que apostaran por los Weasels. Para el tiempo de los Carbuncles y los Diamondbacks ya tenía seiscientos veinticinco fanáticos "creyentes" deseando y listos para mandarle miles de dólares.

Nadie puede ver el futuro. Nosotros usualmente aceptamos esto, pero no lo podemos creer ciertamente hasta que hayamos sacrificado a nuestro arquetipo de héroe, dándole a nuestro Superhombre el debido funeral. Si fallamos en esto, nunca sabremos cómo y cuándo él se levantará para proyectarse en "alguien que nos cuida".

Las transiciones desde un nivel de héroe hacia otro suelen ser angustiantes. Alguien en la etapa del Trickster funcionando correctamente, cree a pie juntillas en Santa Claus y en el Conejillo de Pascua. Cuando crece un poco y entra en la escuela es escudriñado y se mofan de sus antiguas creencias infantiles. Está lastimado, confundido. ¿Puede ser posible que sus héroes nunca hayan existido? ¡Oh! ha sido decepcionado, era mami la que llenaba la media de pascua. Era papi con ropas rojas en Navidad. Se enfurruña hasta que alguien le propone ser Superman o el Hombre-araña. ¡Guau! Feliz se hace y defiende esta opción. Considera y acepta como válidas las batallas interestelares que ha visto por televisión. Para él realmente existen los Klingons y Clark Kent. Se maravilla ante lo sobrenatural. Cree en fantasmas y magia. Todavía se siente seguro gracias a que puede agarrar fuertemente su patita de conejo o dibujar un círculo en el suelo para alejar el mal de la bahía en donde reside. Antes de que pase mucho tiempo sus creencias serán nuevamente escudriñadas, y si se descubre que él considera factible la existencia de hombres alados, o veteranos de guerras contra los marcianos, deberá encarar el ridículo y la calumnia nuevamente. Cursando su estupidez, él volverá a trabajar en dolor y confusión hasta ese bendito día en el que es salvado por los Tupac Shakur o Jhonny Unitas. Sintiendo la pegada del rap o el rock, o sabiendo hacer buenos pases hacia adelante, gana su merecido reingreso a la raza humana. Sus héroes, por lo menos, son humanos, pero hará lo imposible por deificarlos.

La proyección del héroe Humano le mostrará a sí mismo la devoción hacia algún profesor, animador, atleta, político, o algo así, devoción que siempre es fanática. El corazón de la persona proyectante se turba cuando su gurú, o Roshi, o candidato presidencial, defensor famoso de fútbol, o laureado con premio Nóbel entra en el cuarto. Un devoto se parará bajo la lluvia por horas para escuchar cantar a su "Diva" o presenciar la actuación de su guitarrista favorito. Un medio campista famoso se retira y hombres crecidos lloran a mares en su celebración de despedida. (¿Había tanta gente en el Calvario?)

Para una ilustración final del precio que pagamos por fallar en liberarnos de la necesidad de vincularnos con otras personas observemos a Jesse Doe, un ingeniero de cuarenta y cuatro años de edad, que es padre divorciado de dos niños.

Desde que su ex-mujer y chicos viven en otro estado, Jesse mantiene su pequeño apartamento, y entre la renta, el auto y los pagos de alimentos para los niños, su existencia revolotea sobre el nivel de pobreza.

Es más que amargo. Cotidianamente se dice a sí mismo: "Aquí estoy yo, consumidos dos tercios de mi vida. He trabajado duro por años, y ¿qué es lo que tengo? Nada. Mis hijos juegan al softball con el extraño que vive con ellos en mi casa, duerme con mi mujer y come en mi mesa. Y yo me siento aquí en este basurero a mirar la televisión". Así como pasan los meses, su descontento crece.

Jesse Doe tiene un peluquero que ha renacido como cristiano. Snif, snif, snif... "Hermano, hasta que no permitas a Jesús entrar en tu corazón, no puedes más que vivir en la miseria. Ven conmigo a un encuentro de renacimiento cristiano. No lo lamentarás" Snif, snif...

"No" dice Jesse. Y quiere en realidad decir que no. Detesta cortarse el cabello por todo lo que sigue a la inclinación evangélica que viene junto con el lagrimeo.

Entonces una noche Jesse se sienta ante su tubo parpadeante, el peluquero golpea su puerta con una propuesta a la que no puede negarse. "El predicador más grande del mundo hablará en una carpa en las afueras de la ciudad. Ven conmigo, te juro que el momento en que me digas que deseas irte, nos iremos sin una palabra más. No solo eso, te prometo que no te hablaré más de religión, jamás."

Un futuro lleno de recortes de pelos pacíficos, y todo por el precio de hacer un paseo con el peluquero, finalmente Jesse cede.

Ellos se acomodan en la carpa repleta de gente. Luces brillantes parpadean desde la entrada. Una banda toca y aún en el estacionamiento Jesse recibe los beneficios táctiles del masaje de una onda musical. La música persistentemente familiar, evoca recolecciones de niñez inocente y tiempos simples... antes de que el mundo se volviese corrupto, antes de conocer el estribillo de la responsabilidad y el alto precio de un corazón inconstante.

En ese ambiente festivo de espectáculos y sonidos, alguno le palmea el hombro y lo llama Hermano. Una respetable y graciosa dama mayor extiende una bandeja con galletitas delante de él y lo llama Hijito. La gente es amistosa. Los aromas de bollos de canela y café invaden el ambiente. ¡Y la música! Rápidamente Jesse está cantando, aplaudiendo, marcando el compás con el pie de himnos que no ha escuchado en décadas.

Y entonces las luces se vuelven fulgurantes y los focos brillan alumbrando a un tipo que vestido con traje blanco sube al escenario con El Libro en la mano, un tipo que habla con cadencia seductora, que permite a su voz merodear sensualmente alrededor de palabras explosivas mientras su lengua lengüetea nuevos significados desde viejos y cansados clichés, que gira y se estrecha. Que apunta y aporrea. Jesse está embelesado. Y ni siquiera se ve sorprendido cuando el predicador pide por las almas dedicadas para levantar sus manos y gritar: "¡Aleluya!". Lo hace sin vacilar.

Se une a la iglesia de su barbero y entra a lo que le parece una nueva vida. Una vira pura y llena de amor. Fácilmente diferencia a un amigo de un enemigo, bien de mal, mentira de verdad. Finalmente sabrá quiénes son sus enemigos, aquellos que fueron responsables de sus faltas. Identificará a Satán y sus favoritos: la mujer que le creó lujuria, los malvados camaradas que lo entramparon con los señuelos del alcohol, los mercaderes, empleados y políticos cuya avaricia no puede ser saciada. Y el particular se extenderá al general en el delirio de la generalización.

Y tan seguramente como vemos al oriente para ver salir al Sol, sus enemigos pronto serán otra religión o secta, alguna otra nacionalidad o raza, otra clase económica o algún grupo político... alguno que haya sido convenientemente identificado para él por su nueva iglesia. Los líderes religiosos necesitan identificarse como rivales de algún grupo poderoso para evitar las contiendas internas. Ellos necesitan prevenir a sus parroquianos de no proyectar su sombra sobre alguna otra, y el más eficiente modo de apartar su organización de alguna catástrofe es dirigir la sombra individual de cada uno hacia afuera de la organización, para dirigirlos colectivamente contra algún grupo externo que amenace la organización. El odio común es el pegamento que los mantiene unidos.

Jesse Doe sonreirá y dará la bienvenida a los miembros de su iglesia con descarado entusiasmo. Excitado por la liberación de sus ya no reprimidos dioses y ansioso hacia el trabajo, él testificará sobre el poder de Dios todopoderoso en cada oportunidad que se suscite y jamás sospechará que su conversión, aún cuando sea obviamente religiosa, está lejos de ser espiritual, o que los cambios que está experimentando aún siendo dramáticos no son profundos ni permanentes.

¿Sería la fe de Jesse diferente si hubiese ido a un Zendo en lugar de ir a la iglesia? Para nada. No puede insistirse lo suficiente: cielo e infierno existen y existen aquí y ahora en nuestras mentes. Excepto que hayamos sido decapitados llevamos nuestros propios cielos e infiernos a cada lugar que vamos. ¿Quién se atreve a ingresar en una sinagoga, una mezquita, una catedral o un templo con la intención de gratificar su ego, ese patrón del infierno? Solo un pobre tonto entraría a un lugar sagrado con la intención de ser visto o admirado, como una parte de la estrategia demoníaca de los Seis Mundos para ganar estatus para él mismo. La gente que se une a grupos Zen, es muy probable que se unan por la misma razón que se unirían a un club. El daño es minimizado según admitan que no están allí por razones espirituales.

Así que Jesse era un hombre renovado; pero las proyecciones arquetípicas que instigaron los cambios fueron diseñadas para una persona joven e inmadura. La persona de Jesse había esperado demasiado y vivía por encima de sus posibilidades. Había proyectado el arquetipo del Buen Amigo en las personas de su iglesia cuando estaba lejos de la necesidad de un gran caldo genético, de la seguridad del sistema amistoso y de la manada. Había proyectado el arquetipo del Héroe en el predicador, cuando estaba en necesidad de un Salvador, no de un director social o un entrenador en moral, y por supuesto, en lugar de aceptar la responsabilidad por sus propias faltas, ha catado pasado y futuro culpando a sus nuevas adoptadas Sombras Antagonistas. (Si se hubiese sentido atraído por una "hermana" de la iglesia, se habría encontrado a sí mismo confrontado por una presión arquetípica a todos los niveles.) Sus nuevas añadiduras no lo harán más feliz, le presentarán solamente más obstáculos para madurar, ataduras más severas, más decepciones.

Jesse debe aún aprender que la felicidad no debe jamás ser concebida como consistente en alguna cosa que se encuentra fuera de sí mismo. No está en ninguna persona, no está en ningún lugar ni en ninguna cosa. En su iglesia o fuera de ella, él es todavía una criatura dependiente. Aún debe convertirse en individual, completo en sí mismo. De la misma manera que un buen maestro busca relaciones respetuosas con sus alumnos pero no les permite involucrarse sentimentalmente con él, es un noble sendero para que los alumnos transiten, otorgándoles el apoyo necesario, pero sin pretender reemplazar a amantes y amigos.

Dejemos a Jesse en el nivel religioso básico, adorando a los falsos ídolos del Samsara. Antes de que se vuelva espiritual y encuentre al verdadero líder místico de la cristiandad seguramente se irá desilusionando y disgustando con la religión y con la vida y se vea a sí mismo en el Pantano.

Sueños y Visiones.

Tan terrible con tener un arquetipo improyectado vagando en la mente, parece aún peor el proyectar la criatura sobre alguien que se la quita de encima y la pisotea. Un niño desleal puede infligir más daño que una legión de demonios; y como todos podemos atestiguar, parece más sencillo mirar en los ojos de una cobra enfadada que buscar la cara de una amante pérfida.

Cada vez que un vínculo se rompe sin el consentimiento, ya sea por muerte o infidelidad, o cada vez que sufrimos lesiones o faltas lo suficientemente grandes como para cancelar nuestra seguridad y destruir nuestra esperanza, nosotros nos afligimos solitarios amargamente. La mano confortante de Dios no parece estar en ningún lugar cercano a nosotros. Estamos en lo que sentimos como una aislada y eterna oscuridad, llena de dolor para la cual no existe remedio. Todavía está Dios para ayudarnos. Necesitamos aprender cómo pedir ayuda y cómo recibirla en cualquiera de las maneras que Él la da.

Una vez un hombre llegó hasta un sacerdote Chan pidiéndole que lo ayudara a determinar el significado de una visión. "Ocurrió muchos años atrás -le dijo-. Me desperté en medio de la noche y encontré a mi padre, que había muerto hacía años, parado al pie de mi cama. Lo vi tan claramente como lo estoy viendo ahora a usted. Lo llamé, pero desapareció antes de que tuviera la oportunidad de hablar. Yo quiero saber qué estaba tratando de decirme"

"Su padre no estaba tratando de decirle nada - contestó el sacerdote. Su padre estaba muerto." "¡Pero yo lo vi - protestó el hombre!" "Estoy seguro de que lo vio - contestó el sacerdote. Pero el hecho de que lo haya visto es el mensaje. Sin conocer su historia yo ya sé tres cosas: una, que amó a su padre mucho; dos, que en el momento en que vio a su padre estaba usted bajo una profunda y personal angustia; y tres, que luego se sintió mucho mejor." El hombre confirmó las tres precogniciones del sacerdote. Había estado en bancarrota en aquellos días y se encontraba severamente ansioso y deprimido. Y, por cierto, había recobrado su compostura después de la visión.

"Sin duda - dijo el sacerdote. Ha estado usted orando por ayuda de Dios, bien, Dios respondió sus oraciones. Usted vio con sus propios ojos que su padre, la única persona que podía confortarlo y reasegurarlo, ¡lo cuidaba mientras dormía!" "Sin importar qué problema estuviese usted enfrentando su padre aún estaba parado a su lado, por supuesto usted se sintió mejor. ¡Y quién no se hubiese sentido mejor! Una verdadera experiencia espiritual produce euforia. Durante meses después pudo sentir surgir la alegría. Los problemas financieros pierden importancia cuando se está en estado de gracia. ¡Qué hermosa cosa la que Dios hizo por usted! Ahora -dijo el sacerdote - cuénteme qué esperaba cuando pedía por ayuda. ¿Esperaba acaso que Dios escribiera un cheque y lo dejase sobre la mesa de la cocina?"

Todas las visiones son importantes y merecen consideración. No deberíamos hacer una celebridad de un hombre porque ve a la Virgen María parada a un lado de la autopista, ni hacer un paria de un hombre que siente al diablo hablándole por la onda corta. Si, y así como en este intercambio entre el hombre y el sacerdote, estaremos usualmente correctos cuando interpretemos como terapéutica una visión gratificante, una señal de resolución dificultosa. Y estaremos usualmente en lo cierto cuando interpretemos una visión desagradable como describiendo una derrota o una desintegración, una señal de empeoramiento de los alborotos emocionales. El problema es que comúnmente la persona que ha tenido una visión asustante, ha tenido antes otras visiones menos atemorizantes, o ha tenido al menos otras señales de angustia que preferimos ignorar. La situación crece y las señales de la angustia se hacen más y más evidentes hasta que alguien finalmente les presta atención. Cuando el diablo comienza a hacer discursos en las radios de onda corta nos aferramos a su audiencia, instituimos drogas y terapia de shock como intentos por comunicarnos con una psique que a esas alturas está en ruinas. A veces, cuando un problema es pequeño, una pequeña y amable atención es todo lo requerido para resolverlo. (¿No podemos hacer tan solo esto por otra persona?)

Los sueños sirven a una variedad de necesidades. Ellos regulan el balance psíquico de las personas, las alertan de los peligros de un camino equivocado que se ha tomado o incluso pueden inducir a explorar nuevas soluciones a problemas dificultosos.

En la compensación que proveen los sueños reparadores con efecto de balance puede suceder que una persona que ha sido humillada por alguien que admira puede soñar que le ora y la venera alguno de sus héroes... quizás alguna estrella de cine o algún atleta. Y este sueño lo ayudará a restablecer su auto-bienestar. De la misma manera, si una persona, en alguna ocasión se ha excedido, posando por sobre sí misma, puede soñar que alguno de sus héroes lo desaira, y el sueño tendrá un inquietantemente sobrio efecto. Así que los sueños compensatorios sirven para moderar los extremos del orgullo o de la desvalorización de nuestro ego.

En sueños premonitorios, una persona puede ser instada a encarar ciertos cursos de acciones para ser prevenida en contra de estas mismas acciones. El sueño puede prevenirnos sobre alguien, o contrariamente, podemos ver a alguien en una luz más favorable. El soñador será influenciado. Si actúa de acuerdo con sus sueños se sentirá seguro. Si actúa en contrario de las indicaciones de sus sueños, se sentirá ansioso.

Adicionalmente, una persona que se encuentra involucrada en un problema intelectual o emocional, puede encontrar indicios de la solución de su problema entregados a domicilio por un sueño.

Cuando evaluamos los sueños debemos recordar que el Yo - el director del sueño - tiene acceso a datos recolectados por una variedad de fuentes de los cuales la conciencia no tiene noticia.

Las pesadillas claman por interpretación y ninguno de los que las experimentan está bien advertido como para buscar ayuda profesional para determinar su significado.

En nuestros sueños, las ropas que estamos vistiendo, la carencia de ellas, generalmente representan una evaluación de nuestra persona, mientras que la casa en la que nos encontramos puede representar la condición de nuestro ego. A mucha gente le sucede que antes de estar espiritualmente a salvo, sueñan que están en una construcción desvencijada. A veces la construcción tiene una linda fachada, pero una vez dentro el soñador se encuentra a sí mismo en las ruinas remanentes luego de un bombardeo. Cuando es salvado y recobra el camino, se encuentra ocupando una mansión lujosa.

Los mensajes de los sueños rara vez son verbales. Usualmente surgen en metáforas, por ejemplo si en su discurso del habla diaria un hombre acostumbra a decir por ejemplo "estirar la pata" cuando quiere decir "morir", entonces cuando sueña que su tío Juan estira la pata mientras camina, es equivalente a soñar que el tío Juan ha fallecido. Curiosamente en un sueño de muerte real (no metafórica) en que el soñador se ve muriendo en una fecha determinada, o ve su propia tumba, generalmente es anunciador su satori. Sucede entonces como si su ego, pero no el hombre, estuviese en lista para morir.

Los sueños que son reiterativos buscan llamar la atención sobre un problema psicológico que se debe resolver. Si uno no puede descifrar el lenguaje simbólico por sí mismo debería buscar la ayuda de un analista jungiano o un psicólogo. También los sueños pueden tener una naturaleza de "aniversario" marcando un evento significativo en la vida del soñador. A veces, si el evento es doloroso, el soñador puede no darse por enterado conscientemente del evento. Su memoria sobre este hecho ha sido graciosamente borrada. Se forma un complejo de asociaciones alrededor del evento, creando un bloque que requerirá asistencia profesional para ser desenmarañado.

Los sueños preparatorios y los varios sueños de apoyo pueden tener significados diversos dependiendo de los individuos. Lo que puede ser avergonzarte para unos puede ser una poderosa herramienta parea otros. El sitio que uno puede asociar con paz otro podría asociarlo con terror.

Podemos notar inmediatamente que significados tan altamente subjetivos podrían volver inútil cualquier análisis informal de los sueños. Solo alguien que esté familiarizado con los muchos símbolos universales de los sueños estará capacitado para desentrañar las metáforas, asociaciones y definiciones específicas del soñador y también para ayudar a interpretar sueños. Los libros sobre sueños son lo peor de lo peor, ya que pueden ser peligrosamente desorientadores.

La clasificación más importante de los sueños, los sueños arquetípicos, está asociada con lo que Jung llamó Individuación, es decir, el proceso por el cual un individuo adquiere un no-apego independiente. Los sueños arquetípicos o visiones son verdaderas experiencias espirituales y por lo tanto psicológicamente energéticos y productores de una euforia de gran duración. En series de varias docenas esos sueños ocurren durante el proceso de individuación.

Por el estudio de sueños y metáforas, Jung fue capaz de descubrir que los parámetros de la conducta instintiva son representados en nuestro inconsciente por ciertas formas universales o imágenes que él llamó símbolos. Estos símbolos se nos aparecen en estado de meditación profunda, en visiones espontáneas y en estos raros sueños arquetípicos. Los aportes, apoyos, caracteres y acciones en estos sueños son extremadamente vívidos y completamente inolvidables. Años después, el soñador es capaz, no sólo de retrotraer los detalles, sino también de revivir el drama con el mismo sentido de asombro.

Además de aparecer como dioses en forma humana, los instintos pueden representarse a sí mismos como animales o hasta objetos inanimados. Por ejemplo la madre arquetípica puede no solo aparecer como una gran diosa terrena o una reina divina, pero puede aparecer también como un cáliz sagrado, o un animal, generalmente algún dador de leche. En oriente a menudo aparece, sin dudas por su gracia y poder, como un gran gato, pantera o tigre.

El Yo, aunque usualmente aparece como una gran luz o un valioso diamante u oro, puede aparecer en sueños o meditaciones profundas en la forma humana de un dios, diosas, Señor Chakra, o agentes divinos como ángeles o alguno de los Reyes de las Cuatro Direcciones, o en forma animal como un caballo blanco o un elefante; o en una representación geométrica como un mándala, un yantra, o un patrón caleidoscópico espléndidamente diseñado y coloreado con círculos, triángulos o cuadrados.

La alucinación con sonidos no es un indicio menor. Aparte de ciertos "ruidos blancos", cuyos sonidos usualmente oímos en meditación. Puede haber extraños soplos de sonido que parecen funcionar como mensajes "anunciantes", señalando que pronto alcanzaremos alguna meta espiritual. Dado que este evento auditivo llamado el sagrado Shabd o Nabd, es con mucho más fácil de describir que de explicar, simplemente les relataré mi experiencia. Fui despertada una madrugada a las 4.00 a.m. por el sonido de una trompeta distante y el viento silbando entre los árboles. Me senté y pude oír el quejumbroso sonido volverse más fuerte. Pronto el viento sacudió la casa como un tornado y el sonido de la trompeta se volvió el chillido de un micrófono acoplado. Presioné mis manos contra mis orejas para bloquear el aterrador sonido. Mi tímpano derecho estalló. Un fluido chorreó por entre mis dedos y cayó sobre mi brazo. Entonces los sonidos y los golpes cesaron. Miré el reloj y toqué mi brazo. Estaba perfectamente seco (por supuesto).


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Última modificación: December 03, 2004
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