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 » Capítulo 16 - Correcto Esfuerzo
Ming Zhen Shakya
El Séptimo Mundo del Budismo Chan
por Ming Zhen Shakya

Traducido al Español por < Rev. Yin Zhi Shakya, OHY

Capítulo 16 - Correcto Esfuerzo

El Sexto Paso en el Camino

Habiendo alcanzado este nivel o Paso en particular, la mayoría de los textos budistas usualmente dan un pequeño sermón acerca del poder de voluntad. Walpola Rahula dice, (citando las escrituras, creo yo) “El Correcto Esfuerzo es la voluntad energética (1) para prevenir que surja la maldad y los estados de mente amorales e inescrupulosos, y (2) desprenderse de tales estados de mente amorales e inescrupulosos que ya han surgido en el hombre, y también (3) producir, causar, hacer surgir, los estados de mente buenos, morales, éticos y escrupulosos que no han surgido todavía, y (4) desarrollar y traer a la perfección los estados de mente buenos, morales, éticos y escrupulosos que ya están presentes en el hombre.”

El Reverendo Dr. Rahula, habiendo comenzado y concluido sus comentarios sobre el Correcto Esfuerzo, continúa hacia el próximo paso en el Camino. Nosotros nos quedamos preguntándonos cómo podemos usar la información ofrecida en esa definición de cuatro partes. Una definición no es un plan.

El Correcto Esfuerzo requiere que nosotros simplifiquemos nuestras vidas y que la reestructuremos o reformemos de forma que nos conduzca a la actuación, realización y desempeño de nuestra práctica Chan. Creamos una atmósfera en la cual nuestra práctica puede florecer o prosperar.

El Correcto Esfuerzo, entonces, nos capacita para establecer un circuito de realimentación positivo: el éxito en la meditación nos hace sentir mejores emocional y físicamente, y el sentirse mejor nos entusiasma acerca de mantener nuestra práctica Chan. El poder de voluntad no es algo que nosotros tenemos por nosotros mismos. Solamente estamos motivados para actuar cuando deseamos las recompensas de nuestras acciones. Es posible estar motivado a actuar para evadir el dolor, la ansiedad o el descenso a una forma de vida en la que fracasamos anteriormente; pero esta clase de motivación negativa nunca es muy fuerte. La providencia compasiva le consigna al dolor el olvido. Nosotros rápidamente olvidamos que horrible puede ser la vida, que dañinas para nosotros pueden ser realmente ciertas personas, lugares y cosas. Nos descuidamos y retrocedemos.

En las fábulas de Hinduismo y el Budismo, el personaje habitual que siempre aparece es: el diablo comprado. Lo importante de mantener nuestra práctica se ilustra en la siguiente historia:

Un hombre está caminando por un mercado cuando de repente ve una jaula que se está vendiendo con un diablo dentro. Él se pregunta por qué alguien quisiera comprar un diablo, pero el mercader le asegura que vale la pena hacer la inversión para comprarlo. El diablo puede desempeñar cualquiera y todas las tareas domesticas que se le asignen. Todo lo que se necesita, dice el mercader, es que cada mañana, con exactitud y firmeza se le diga cuales son los deberes que tiene que hacer por el día. Su dueño, entonces, estará libre de dejar la casa y asistir a su propio trabajo, sabiendo que cada noche, cuando él regrese, todas los quehaceres de la casa estarán hechos. El hombre, que por cierto es soltero, tiene una necesidad definitiva de ayuda en las labores domésticas; de manera que la compra el diablo. Por varias semanas todo va muy bien. El hombre se levanta por la mañana, instruye al diablo de sus labores, y se va a trabajar confiado de saber que cuando regresa en la tarde la casa estará limpia, la ropa lista, el jardín atendido, y su cena preparada. Pero un día, él se reunió con algunos amigos de su trabajo, se emborrachó con ellos, y se quedó en el pueblo toda la noche. La próxima mañana él fue directamente a su trabajo. Esa tarde cuando finalmente regresó a casa, al entrar descubrió que su diablo había desmembrado al hijo del vecino. En otras palabras, la primera vez que rompemos con nuestra rutina de Chan, invitamos al desastre. Pero esto es verdad con cualquier rutina que nosotros juramos por nuestra madre y por el mundo entero, mantenernos leal a ella. Nosotros somos como alcohólicos que piensan que la sobriedad puede obtenerse otra vez después de que disfrutamos un martini. Eso no puede ser. El romper cualquier rutina es casi olvidar que una vez tuvimos una.

El Correcto esfuerzo nos mantiene en el Camino. Simplificamos nuestras vidas para bajar el nivel de nuestro estrés. Minimizando nuestras interacciones con otros, minimizamos los conflictos o otras energías implicadas en el ego. Tomando las condiciones de nuestro cuerpo y mente seriamente, eliminamos los hábitos venenosos y letales tales como fumar, tomar, dependencia de la droga e incluso las relaciones personales adictivas, eliminaciones que pueden hacerse fácilmente, mientras nos aferramos al poder que la meditación y la psicología y filosofía Chan nos ofrecen. Hacemos y pensamos. Meditamos y ganamos sagacidad y sapiencia.

El poder de la voluntad no es una criatura que espontáneamente se genera en nuestros cerebros. Desarrollamos buenos hábitos solamente cuando sus consecuencias nos placen. Si nos gustan los resultados, continuamos.

1. Creando un espacio para la meditación.

Un santuario es un lugar secreto. En él la disposición necesaria del bienestar espiritual es evocada, creando un circuito de realimentación. Nos gustan los sentimientos que obtenemos al entrar en el santuario y esto nos motiva a participar en nuestra práctica de meditación. El éxito en la práctica nos intensifica la disposición del santuario. Podemos adquirir el hábito de entrar a esa disposición a medida que adquirimos el habito de entrar en el santuario.

Los principiantes requieren espacio para la meditación. Si tenemos la casa completa para nosotros, podemos seleccionar una habitación, desalojarla todos los muebles de ella, quitarles las cortinas o cualquier decoración que impida el pase de luz dentro de ella, pintar las paredes de blanco, limpiar las alfombras, crear un altar usando una mesa estrecha y poniéndole la imagen de Buda y de nuestros maestros sobre ella, agregándole flores e incienso y entonces colocamos un cojín sobre el piso enfrente de la mesa, y ya estamos listos para comenzar.

¿Qué pasa si no tenemos toda la casa para nosotros? No hay problema. Usaremos cualquier espacio que tengamos. Encontrar un tiempo libre y tranquilo es usualmente, en tales contornos restringidos, un problema mayor.

Si tenemos una recamara para nosotros mismos, podemos convertir una esquina de ella en capilla. Si somos seres humanos usamos nuestra recamaras para guardar ropa que no hemos usado en diez años y que no usaremos nunca otra vez, no sólo porque son ridículas y fuera de moda sino porque pesamos treinta libras más que el día que la compramos. Creamos y santificamos nuestra capilla botando toda la ropa vieja (un acto supremo de no-apego o desprendimiento) y los muebles que la guardaban. Ahora tenemos un gran especio para nuestro altar.

Si no tenemos una recamara para nosotros mismos, podemos explorar la posibilidad de colocar una repisa en la pared cerca de nuestra cama o usando un armario o incluso una gaveta. Conozco una persona que creo un santuario precioso dentro de un armario viejo. Cuando él se sienta en el piso enfrente de su armario, la puerta abierta actúa como una panel que le da privacidad . Conozco a otro hombre que construyo un pequeño altar dentro de una gaveta. Él lo trabajó muy bien. También puede hacerse con una caja de zapatos decorada que contenga nuestros artículos religiosos.

El encontrar privacidad y quietud son los grandes retos para las personas que no viven solos. La solución más ingeniosa que he escuchado para el ruido y el apiñamiento, es la de una trabajadora esposa y madre que se levantaba media hora antes que su familia, preparaba su baño, ponía una tabla de seis pulgadas de ancho sobre los bordes opuestos de la bañera, que funcionaba como un altar, encendía el incienso, se sentaba en silencio, y con la fragancia y la calma del agua caliente, meditaba por veinte minutos cada día. ¡Bravo!

Una vez que la habilidad de retraerse mentalmente en el estado de santuario es ganada, la meditación es posible en cualquier parte y bajo cualesquiera condiciones. Pero esta clase de control toma muchos meses de esfuerzos.

2. Restringir las interacciones sociales .

El teléfono es un instrumento diabólico. Idealmente, cualquiera en el Camino debe tener su teléfono desconectado, ‘con una ceremonia especial a medida que la línea es desenganchada’. Si este aparato hubiera existido en los días de Sidarta, el 6to precepto hubiera sido no-telefonear.

Si, sin embargo, necesitamos un teléfono, deberemos tomar medidas radicales para asegurarnos que al igual que nosotros no torturamos a otros con nuestras llamadas, no estaremos torturados por ellos. Un timbre de teléfono ‘mutilado’ es un sacrificio muy apreciado en la familia del dios de la paz.

De alguna forma, las actividades sociales regulares deben ser canceladas o cortadas. Algunas personas tienen algo que hacer todas las noches de la semana. Ellos pertenecen a clubes, ligas, círculos, grupos de estudio, comités, congregaciones, etc. Ellos toman clases – académicas, de deportes o de pasatiempos. Ellos mantienen citas importantes con especialistas de belleza, masajistas y cantineros, y así sucesivamente. Estas personas son los adictos sociales, y si carecen de la fortuna de poder controlar sus hábitos, deben cuidadosamente apartarse ellos mismos de su adicción suprimiendo una noche a la vez.

La actividad social debe ser reservada para los fines de semana. De hecho, con la posible excepción del domingo por la mañana o por la noche, los programas religiosos deben ser olvidados en los fines de semana. Simplemente hay muchas tareas de la casa y actividades familiares que no pueden y no deben ser ignoradas. Además, nadie puede meditar cuando en la otra habitación los Vaqueros están peleando con los Pieles Rojas o cuando el espíritu de la educación está a punto de derrumbarse.

Los jóvenes tienen diferentes necesidades. Entre su trabajo escolar y los y los empleos ellos deben mantener un horario diferente y mucha más flexible. Dado que ellos necesitan absolutamente interactuar con otros jóvenes, los servicios religiosos de tarde o de fin de semana deberá proporcionar tal oportunidad suplementaria.

Pero, para el resto de nosotros, la caída de la tarde nos debería encontrar en nuestros domicilios... solos.

Cuando estamos en el Camino luchamos por adquirir desapego emocional. Cruelmente, renunciamos a nuestras actividades y desalentamos a los visitantes u otros curiosos e indiscretos que entren en nuestras vidas. A medida que nuestro nivel de estrés paralelamente desciende, encontramos que no solamente tenemos tiempo para sentarnos a meditar sino que somos capaces de acercarnos a la meditación con la serenidad necesaria.

Cuando ya ganamos esa soledad pacifica y placentera que es la bendición especial del Chan, descubrimos que – quizás por primera vez en nuestras vidas – somos verdaderamente felices. En ese punto, sabiendo finalmente la diferencia entre la soledad y la privacidad o intimidad, llegamos a preservar ferozmente nuestra secreta privacidad.

3. Poniéndonos en forma .

Usualmente más o menos en el tiempo en que estamos listos para el Chan, también estamos listos para el departamento cardiaco, para el tratamiento de la obesidad, para el sofá del psiquiatra o para la camilla del gastroenterólogo. (Algunas veces para todos ellos.) No es fácil anular tres o cuatro décadas de auto-abuso mental y corporal; pero, como todo, el progreso comienza con una decisión. Resolvemos terminar haciendo esas cosas que nos dañan e iniciar los programas de ayuda.

Yoga, por ejemplo, ha promovido por miles de años un régimen que ahora ha sido favorecido por la práctica médica. Sin siquiera saber lo que el colesterol era, los gurús insistían en las dietas vegetarianas. Sin saber si quiera lo que eran los gérmenes, los gurús insistían sobre los métodos rigurosos de higiene personal. Sin saber siquiera nada acerca de la hipertensión, los gurús desarrollaron la habilidad de controlar la rapidez del latido del corazón y la presión sanguínea.

Por lo tanto, vale la pena el aprendizaje del Hatha Yoga. Los músculos que gentilmente son estirados liberan un tratamiento terapéutico para la tensión nerviosa. Entonces, no sólo el yoga vigoriza y fortalece el cuerpo sino que beneficia la mente también. Generalmente hablando, excepto por un entrenamiento bueno profesional, el correr y otras formas excesivamente energéticas de ejercicios deben ser evitadas.

Cuando finalmente decidimos ponernos en forma, consultamos a un medico; y si él nos informa que nuestra presión sanguínea es 220/80 y nos manda un medicamento para ello, nosotros no lo tomamos con la idea de que hemos solucionado nuestro problema por ingerir unas cuantas pastillas diarias. Tomamos la medicina como al igual reformamos nuestra dieta con la estricta intención de que un día seremos capaces de descontinuar la droga. Algunas veces tenemos que actuar enloquecidamente en la persecución de esta meta.

Si la única cafetería que tenemos disponible no nos ofrece la clase de comida que necesitamos, debemos preparárnosla en la casa y en una bolsita llevarla con nosotros. Quizás no comamos comidas saladas y entonces tenemos que depender de los diuréticos para invertir el proceso que causó el haber comido sal. Si estamos en una dieta de no-colesterol, tenemos que comer avena con leche descremada mientras que otros desayunos tienen tocino, huevos y papas fritas en manteca de puerco. Si somos obesos similarmente estamos prohibidos a consumir comidas con grasa. No hay excepciones. El Chan significa control de la mente y el cuerpo . Las personas gruesas no pueden sentarse en la posición de loto. Las personas con presión sanguínea alta no pueden relajarse suficientemente para entrar en el estado meditativo. La buena salud promueve la elevación en el proceso de espiral. Cuando nos sentimos mejor, meditamos mejor; y cuando meditamos mejor, nos sentimos maravillosamente.

Nietzsche dijo una vez que no era fácil dormir una noche completa: tienes que estar despierto todo el día para lograrlo. Se necesita darle nuestra atención a la rutina del dormir. No podemos descansar todo el día como modelos de inercia esperando encontrarnos con una fuerza masiva adicional soporífica en la noche. Necesitamos regularmente gastar nuestras energías para sentir igualmente la necesidad de reponerla. Por otra parte tenemos que cortar esas actividades que nos dejan muy cansados para la meditación.

El Yoga también nos ofrece alternativas saludables para los tranquilizantes y las píldoras para dormir. Si estamos muy excitados para poder dormir, por las diferentes actividades que hemos tenido durante el día, no cojamos el pomo de píldoras. Nos quedamos en la cama y hacemos una o dos de las tantas posturas de yoga que garantizan una relajación profunda. Muchas personas que se retiran, se encuentran con un elefante bribón y travieso asignándoles responsabilidades dentro de su cabeza, ellas pueden hacer la postura de cobra, extendida y lentamente hasta el conteo de 108, trayendo a la bestia violenta de nuevo a la tierra.

En el Chan no tratamos de llegar a ser nada más que un hombre Chan. El Hatha Yoga probablemente ofrece el mejor método de ejercicios físicos para la humanidad, pero nosotros no tenemos que luchar por llegar a ser un yogui hatha. Esta clase de ambición no es diferente del estado acostumbrado que busca las ambiciones del samsara. Algunas personas estudian yoga o tai ji quan para alardear y entretener como los bailarines y los acróbatas. Dominar estas disciplinas con el propósito de adquirir un estado superior de destreza, es exactamente lo opuesto de lo que deberíamos hacer para usarlas. No aprendemos yoga o tai ji quan para agrandar nuestros egos. Aprendemos estos ejercicios porque ellos nos ayudan a mantener nuestra práctica. Lo que beneficia al cuerpo y a la mente, beneficia a la práctica del Chan.

Aunque por nuestros preceptos estamos prohibidos a usar drogas que alteren la mente, no deberíamos asumir que la prohibición es solamente para las drogas que se usan en actividades frívolas. En un sentido estamos prohibidos de usar cualquier droga que a través de nuestro propio auto-control, podamos vivir sin ellas. Al igual que no comemos sal y entonces tomamos drogas para el sodio, no comemos como puercos por tres días a la semana y tomamos anfetaminas por cuatro para mantener una figura Chan, fina y espigada. Ni nos gratificamos desenfrenadamente, ni tampoco purgamos. Ni un extremo ni otro.

El fumar está en el nivel siguiente al canibalismo en la lista de conductas inaceptables.

4. Simplificando nuestras vidas.

Nos mejoramos a nosotros mismos, de una forma extraordinariamente adecuada, llegando a ser simples. En su propia forma de quietud la simplicidad hace lo mejor para asegurar nuestro triunfo en el Camino.

Con la excepción obvia de los jóvenes, aquellos de nosotros que están en el Camino se les recomienda que eliminen todas las demostraciones ostentosas.

Las mujeres no necesitan teñirse el pelo, ni tener las uñas como las garras de un oso, ni usar maquillaje.

Contrariamente a la creencia popular, los hombres no le niegan su atención a una mujer simple. (Cualquiera que piense que las mujeres sin maquillaje tienen una vida sexual insípida, nunca han pasado una noche en un Centro Americano Zen.)

Las fortunas no tienen que ser gastadas en vestuarios y guardarropas. De hecho, si un budista se siente dispuesto a eso, él o ella puede adoptar un estilo de vestir casi religioso. Unos cuantos vestidos beiges y negros o unos trajes grises oscuros en un material y un estilo convencional pueden ser usados casi como uniformes. Camisetas de cuello tortuga y rosarios de cuentas de madera pueden usarse. (Sean honestos... ¿cuándo ustedes han menospreciado a una monja o a un sacerdote porque su vestuario es simple?)

Si la conversación sale a relucir, todo lo que se requiere para explicarlo es simple, “Soy un budista convertido”, digan tranquilamente. El comentario puede neutralizar cualquier criticismo y darle al que habla – aunque no lo debería decir – un poco de respeto.

El truco es no lucir pretencioso o fanático.

El dinero que es ahorrado eliminando los gastos de la cubierta personal puede ser puesto en el banco. Pero esto no es solamente una seguridad adicional financiera que nos tranquiliza nuestra mente y nos conduce a la relajación y a la habilidad para meditar. Seremos beneficiados aun más por el estar libre del estrés diario de la competencia en la indumentaria.

Los costosos automóviles extranjeros, siento tan gratificantes al ego, son claramente detrimentos a la salud espiritual de uno. Un auto americano a un precio razonable, es un lujo que el corazón de uno puede soportar. El remplazar sus partes, no nos dejarían en bancarrota. El seguro no seria mayor que la mensualidad de nuestra casa. El dejarlo estacionado en la calle no nos causaría espasmos estomacales u otros ataques de ansiedad. Cuando nos enfrentamos con la decisión de prestárselo a papá o dejar que el viejo camine diez millas en la lluvia, actualmente optamos por ofrecérselo.

Si un hombre no ha pasado el punto de creer que su valor como un ser humano está más o menos unido con el valor de su auto, no está listo para la liberación espiritual.

Por Correcto Esfuerzo nosotros queremos decir que creamos un ambiente en el cual la práctica Chan puede florecer. Reducimos nuestras cargas sociales y monetarias, cesamos de competir, nos damos más tiempo para practicar, y mejoramos nuestra salud. El sentido irresistible de bienestar que derivamos de esto, nos induce a la práctica. La simplicidad del Budismo es una de las maravillosas recompensas del Budismo. Es, el sueño de los psicólogos que estudian la Conducta Observable a través de las emociones y los motivos.

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Última modificación: December 03, 2004
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